CENTENARIO DE SOROLLA (2023) 4 ESCUDOSID92937002
Con motivo del centenario del fallecimiento de Joaquín Sorolla y Bastida, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre dedica una colección de monedas conmemorativas al pintor español de mayor proyección internacional de su tiempo y una de las figuras capitales de la historia del arte español en su conjunto.
En el anverso se reproduce la obra titulada “Autorretrato”, realizada por Joaquín Sorolla en 1909.
En el reverso se reproduce la obra titulada “Clotilde con traje gris”, realizada por Joaquín Sorolla en 1900.
Ambas obras se conservan en el Museo Sorolla, de Madrid.
Serie | Centenario De Sorolla |
Métrica | 4 Escudos |
Año Emisión | 2023 |
Calidad | Proof |
Diámetro (mm) | 30 |
Valor Facial (Euro) | 200 |
Pureza (‰) | 999 |
Metal | Oro |
Peso (g) | 13.5 |
Tirada (unds.) | 1.500 |
CENTENARIO DE SOROLLA (2023) 4 ESCUDOS
Joaquín Sorolla (Valencia 1863-Cercedilla 1923) estudió dibujo en la "Escuela de Artesanos de Valencia" y compartió estudio con José Villar Torres, los hermanos Benlliure, e Ignacio Pinazo Camarlench. Estudió la obra de Velázquez y otros autores en el Museo del Prado.
Viaja a Roma, donde, conoce el arte clásico y renacentista, así como los grandes museos, y en 1885 se desplaza a Paris para estudiar de cerca la pintura impresionista
En 1888, contrajo matrimonio con Clotilde García del Castillo, en Valencia y en 1889 el pintor y su familia se instalaron en Madrid, donde, en apenas cinco años, Sorolla alcanzaría gran renombre como pintor. En 1894 viajó de nuevo a París, donde desarrolló un estilo pictórico denominado «luminismo», que sería característico de su obra a partir de entonces. Comenzó a pintar al aire libre, dominando con maestría la luz y combinándola con escenas cotidianas y paisajísticas de la vida mediterránea.
Valencia lo nombró hijo predilecto y meritorio, y le fue dado su nombre a una calle.
Tras muchos viajes por Europa, principalmente por Inglaterra y Francia, celebró una exposición en París con más de medio millar de obras, lo que le dio un reconocimiento internacional inusitado, conociéndose su obra pictórica por toda Europa y América.
Gran parte de su éxito internacional sin precedentes, también provino de su exposición en Nueva York en 1909, con obras como “Sol de tarde” o “Nadadores”, entre otras muchas. También triunfó en 1911, en el Museo de Arte de San Luis y en el Instituto de Artes de Chicago.
En noviembre de ese mismo año firmó un encargo para la Sociedad Hispánica de América, por el que realizaría catorce murales, dedicados a las Regiones de España, que decorarían las salas de la institución.
En 1914 fue nombrado académico y, cuando terminó los trabajos para la Hispanic Society, trabajó como profesor de composición y color en la Escuela de Bellas Artes de Madrid.
Durante su trayectoria, Joaquín Sorolla acumula gran cantidad de premios y honores, tanto en España como en el extranjero, siendo uno de los pintores españoles más reconocidos tanto dentro como fuera de nuestro país, y está considerado como uno de los más grandes maestros de la pintura española de finales del siglo XIX y primeros del XX.
“Autorretrato” (1909)
Este autorretrato es uno de los ocho que el museo conserva. Dedicado a Clotilde, como la mayoría de ellos, aunque se autorretrata en el estudio y en pleno proceso de pintar, se cubre la cabeza con un elegante sombrero de fieltro gris, siguiendo una larga tradición entre los pintores de autorretratarse vestidos formalmente y no en ropa de trabajo. En este retrato hecho para la intimidad de su familia hace gala de una gran libertad técnica, sacando máximo provecho a las calidades matéricas de la pintura, conjugando la pincelada casi líquida con trazos muy empastados y atrayendo la atención del espectador hacia el gesto y la intensidad de la mirada.
“Clotilde con traje gris” (1900)
De todas las imágenes de Clotilde que dejó Sorolla, seguramente ésta sea la más amable y risueña. Clotilde tiene treinta y cinco años, pero su aspecto es muy juvenil. El sobrio traje gris a la moda del momento, lleva los hombros abultados y el cuello alto, y marca poco el busto, dejando caer la tela sobre el cinturón. Es un retrato plenamente 1900, que recuerda el estilo de Ramón Casas: sencilla la organización espacial, fluido el dibujo, gama de color apagada. La elegancia natural de Clotilde aparece perfectamente entonada con su entorno.