PICASSO (2023) ONZA "CABEZA DE MUJER LLORANDO"ID92937010
Con motivo de la conmemoración del cincuenta aniversario de Pablo Ruiz Picasso, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre dedica una colección de monedas conmemorativas al pintor español, creador inimitable de las diversas corrientes que revolucionaron las artes plásticas del siglo XX.
En el reverso se reproduce la obra titulada «Cabeza de mujer llorando con pañuelo (III)», realizada por Pablo Picasso en 1937, que se conserva en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid.
En el anverso se reproduce un detalle del Retrato de Pablo Picasso en jersey blanco en su estudio Le Fournas, Vallauris, realizado por el fotógrafo Edward Quinn en 1953.
* Nominada por COIN OF THE YEAR como mejor moneda mundial en la categoría “Evento Contemporáneo”
Forma | Cuadrado |
Serie | Cincuenta Aniversario Picasso |
Año Emisión | 2023 |
Color | Sí |
Calidad | Proof |
Valor Facial (Euro) | 10 |
Medidas (mm) | 36 X 36 |
Pureza (‰) | 999 |
Metal | Plata |
Peso (g) | 31.41 |
Tirada (unds.) | 10.000 |
"CABEZA DE MUJER LLORANDO CON PAÑUELO III" PICASSO (2023) ONZA
Uno de los motivos centrales ligados a Guernica, son las efigies conocidas familiarmente como «mujeres llorando», inspiradas en la fisonomía de Dora Maar. Estos retratos serían las composiciones más reiteradas por el artista una vez finalizado el gran mural, el 4 de junio de 1937. En estas representaciones, Pablo Picasso introduce, al menos, tres variaciones formales con respecto al propio Guernica, la primera de las cuales son las lágrimas, que surcan los deformes rostros femeninos, y que no aparecían en el emblemático lienzo. Otro elemento, asimismo ausente en Guernica, es el pañuelo que enjuga esas lágrimas, y finalmente, junto a los dos motivos iconográficos citados, Picasso incluye un tercer aspecto formal, un colorido muy vivo, que se erige en protagonista de estas composiciones y que contrasta con la gama cromática del gran mural, resuelta, como es sabido, por medio de tonos blancos, grises y negros. La «mujer llorando» se convertirá en un motivo recurrente en la producción de Picasso incluso hasta la década de los años cuarenta, enlazando con el ciclo estilístico iniciado por el pintor en 1937 al acometer la famosa pintura.