Hª FERROCARRIL - HAMBURGUÉS VOLADORID92910057

Para el año 2021-2022, aprovechando que se celebra el Año Europeo del Ferrocarril y el 80 Aniversario de Renfe, la FNMT-RCM emite una colección de 20 monedas dedicada a la Historia del Ferrocarril, con el fin de hacer llegar a nuestros clientes la evolución de uno de los medios de transporte más importantes de la Humanidad.
La colección consta de veinte monedas. Las quince primeras emitidas en 2021 y las cinco restantes en el año 2022.
En el anverso de esta moneda se reproduce, en color, una imagen del HAMBURGUES VOLADOR (Fliegender Hamburguer), que es considerado como uno de los primeros trenes automotor del mundo fabricado en Alemania. Por encima de la imagen central, la leyenda HAMBURGUES VOLADOR. En la zona exterior de la moneda aparecen motivos que recuerdan las formas de los raíles del ferrocarril.
En el reverso (común a todas las piezas), dentro de un círculo central aparece la leyenda HISTORIA DEL FERROCARRIL; debajo, el valor de la moneda 1,5 EURO. Fuera del círculo central, se reproduce una imagen de una vía férrea.
Serie | Historia Del Ferrocarril |
Año Emisión | 2022 |
Color | Sí |
Diámetro (mm) | 33 |
Valor Facial (Euro) | 1.5 |
Metal | Cuproniquel |
Peso (g) | 15 |
Tirada (unds.) | 7.000 |
HISTORIA DEL FERROCARRIL - HAMBURGUÉS VOLADOR
Alemania fue el país pionero en desarrollar la combustión interna en Europa.
En el caso del ferrocarril, su aplicación comenzó cuando Julius Heinrich Dorpmöller, presidente de los Ferrocarriles del Estado Alemán, solicitó en 1931 a la Wagen und Machinenbau, AG que diseñase un vehículo automotor diésel. Un año después esta importante firma industrial cumplía con el encargo y presentaba el Fliegender Hamburger (Hamburgués Volador). Se trataba de un automotor diésel-eléctrico de dos coches articulados y dotado con dos motores Maybach de 12 cilindros y 410 CV de potencia montados, respectivamente, sobre cada bogie en los extremos. Cada uno de los motores actuaba sobre un generador que, a su vez, alimentaba cada uno de los motores de tracción. Estos fueron ubicados en el eje más próximo del bogie de articulación, resolviéndose así las exigencias aerodinámicas derivadas de su peso.
Podía transportar un peso total de 78 toneladas y poco más de un centenar de viajeros (98 en segunda clase y 4 en el pequeño buffet). Contaba con un departamento bar y fue pintado en malva y crema, lo que le otorgó una personalidad muy particular. Era capaz de recorrer la distancia que separaba Berlín de Hamburgo (270 km) en 2 horas y 18 minutos, es decir, con una velocidad media comercial de 124,6 km/h, la más alta del momento, logrando alcanzar una velocidad punta máxima de 160 km/h, aunque en las pruebas de fábrica llegó hasta los 175 km/h.
Su rápido éxito obligó a la gestora pública alemana a encargar otras diecisiete unidades, que permitieron extender el servicio a otras líneas como Berlín-Hannover, cuyos 254 km se recorrían en 1 hora y 55 minutos, o Berlín-Munich, cuyos 1.369 km se hacían a una velocidad media de 103,8 km/h.
Tras la Segunda Guerra Mundial no pudieron seguir ejerciendo como trenes de gran velocidad y fueron retirados del servicio a mediados de los años cincuenta.
Una de sus unidades se conserva en el Museo Nacional del Ferrocarril Alemán en Núremberg.