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H. NAVEGACIÓN -SERIE II- TRIRREME GRIEGAID92890050

H. NAVEGACIÓN -SERIE II- TRIRREME GRIEGA

16,94 €  

14,00 €   * IVA no incl.

81  Disponible


TRIRREME DE GUERRA GRIEGA

La F.N.M.T. – R.C.M. presenta una nueva serie de monedas colección dedicada a rememorar la “Historia de la Navegación”. En esta serie se reproduce una selección de barcos que, por una u otra razón, han sido relevantes a lo largo de los tiempos.

Esta colección consta de veinte monedas. Las cuatro primeres se pusieron en circulación en 2018, y las 16 restantes se pondrán en circulación a lo largo del 2019.

Para coleccionarlas puede adquirir el libro-estuche "Historia de la Navegación", donde se describen las características técnicas de cada uno de los barcos.

En el anverso se reproduce en colores un detalle de la obra titulada “Marina griega de guerra. Grandes galeras trirremes”, realizada por Rafael Monleón y Torres, que se conserva en el Museo Naval de Madrid. En la parte superior izquierda, la leyenda TRIRREME DE GUERRA GRIEGA

En el reverso (común a todas las piezas), aparece el valor de la moneda 1,5 EURO y la leyenda HISTORIA DE LA NAVEGACIÓN. Fuera del círculo central aparecen seis delfines saltando, en sentido contrario a las agujas del reloj, sobre los mismos motivos acuáticos que figuran en los anversos.Época: Entre los siglos VI a. C y IV d.C.

Información de la Moneda
Serie Historia de la Navegación  
Año Emisión 2019  
Color Sí  
Diámetro (mm) 33  
Valor Facial (Euro) 1.5
Metal Cuproníquel  
Peso (g) 15  
Tirada (unds.) 10.000  

TRIRREME DE GUERRA GRIEGA

 

 

Eslora: Entre 35 y 40 m Manga: Entre 3,5 y 6 m Calado: 1,5 m

Propulsión: Mixta a remo y vela.

Armamento: Espolón y el de mano de los combatientes que la dotaban.

Descripción: El trirreme, como barco de guerra, fue el resultado de una evolución de otros barcos anteriores, sobre todo del pentecóntero, más pequeño, que desapareció al generalizarse el trirreme a fines del siglo VI a. C. Inicialmente estaba dedicado al comercio e iba armado para actuar en caso de guerra; luego, se empleó en la protección del comercio, para el transporte de tropas y para atacar ciudades enemigas. En el siglo IV a. C. el trirreme quedó postergado por el quinquerreme, pero volvió a ser dominante cuando Roma se impuso en el Mediterráneo y perduró hasta el siglo IV de nuestra era.

Con mal tiempo utilizaba dos timones, uno a popa y el otro a proa. La madera para su construcción, era de varias clases, siendo la de abeto la más deseada por ser muy liviana. En el calafateado se utilizaba pez y cera. La popa era delgada y fina para facilitar las maniobras y que pudiera ciar fácil y rápidamente. El trirreme podía desplazar hasta 45 toneladas y sus medidas lo convertían en el mayor barco de guerra de entonces. Impulsado a remo y vela, la proa, estaba dotada con un espolón –que podía ser de bronce-, de gran importancia en los combates navales.

En el siglo V a. C. y hasta mediados del siglo IV a. C. tenía dos palos, el mayor y el akateios, que desapareció después del año 330. Las velas se empleaban para la navegación en circunstancias normales, pero en caso de guerra, se dejaban en tierra y se recurría a la fuerza de los remeros para tener más velocidad y potencia en el choque con el enemigo.

Los remeros llegaban a 170 en total -85 por banda- de los 200 hombres, más o menos, que constituían la dotación –los otros 30 eran de infantería-; iban colocados en tres niveles: en el banco superior 62, en el intermedio 54 y otros tantos en el inferior. A partir del siglo V a. C., se distinguían dos tipos de trirremes: las que llevaban unos paneles en las bordas para proteger a los remeros del oleaje y los proyectiles enemigos (catafractos) y los que no los tenían (afractos). Los remeros podían impulsar el barco a una velocidad de 5 o 6 nudos por hora, si bien con la ayuda de la vela cuadrada del mástil o en plena esfuerzo para el combate podrían llegar a 7 o 9 nudos (entre 13 y casi 17 km/h).

Hitos: Batallas famosas en las que participaron los trirremes fueron la de Salamina (480 a.C., donde la flota griega venció a la persa) y la Erineo o Epípolas (413 a.C., en la que los siracusanos derrotaron a los atenienses).