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425 ANIV VELÁZQUEZ (2024) CINCUENTÍNID92947008

425 ANIV VELÁZQUEZ (2024) CINCUENTÍN

395,00 €  

326,45 €   * IVA no incl.

27  Disponible

 

Con motivo de la conmemoración del 425 aniversario de Diego Velázquez, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre dedica una colección de monedas conmemorativas al pintor español, fue un pintor barroco español considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y maestro de la pintura universal.

En el anverso se reproduce un fragmento de la obra titulada «Las Meninas», realizada por Diego Velázquez en 1656, que se conserva en el Museo Nacional del Prado, de Madrid. 

En el reverso se reproduce la obra titulada «Marte», realizada por Diego Velázquez hacia 1638, que se conserva en el Museo Nacional del Prado, de Madrid. 

 

Información de la Moneda
Serie 425 Aniversario de Velázquez  
Métrica Cincuentín  
Año Emisión 2024  
Color Sí  
Calidad Proof  
Diámetro (mm) 73  
Valor Facial (Euro) 50
Pureza (‰) 925  
Metal Plata  
Peso (g) 168.75  
Tirada (unds.) 2.500  

"LAS MENINAS / MARTE" VELÁZQUEZ (2024) 50 EURO

Velázquez, Diego Rodríguez de Silva y
Sevilla, 1599 - Madrid, 1660

Adoptó el apellido de su madre, según uso frecuente en Andalucía, firmando "Diego Velázquez" o "Diego de Silva Velázquez". Estudió y practicó el arte de la pintura en su ciudad natal hasta cumplir los veinticuatro años, cuando se trasladó con su familia a Madrid y entró a servir al rey desde entonces hasta su muerte en 1660. Gran parte de su obra iba destinada a las colecciones reales y pasó luego al Prado, donde se conserva. La mayoría de los cuadros pintados en Sevilla, en cambio, ha ido a parar a colecciones extranjeras, sobre todo a partir del siglo XIX.

Considerado el pintor más importante del barroco español, Diego Velázquez se convirtió en pintor de cámara en la corte de Felipe IV, lo que le permitió estudiar a los grandes maestros del arte nacional e internacional. Su ingente producción artística, entre la que destacan obras tan emblemáticas como ‘Las Meninas’, ha dejado una huella indeleble en la historia universal de la pintura.

Las Meninas.

Es una de las obras de mayor tamaño de Velázquez y en la que puso un mayor empeño para crear una composición a la vez compleja y creíble, que transmitiera la sensación de vida y realidad, y al mismo tiempo encerrara una densa red de significados. El pintor alcanzó su objetivo y el cuadro se convirtió en la única pintura a la que el tratadista Antonio Palomino dedicó un epígrafe en su historia de los pintores españoles (1724). Lo tituló En que se describe la más ilustre obra de don Diego Velázquez, y desde entonces no ha perdido su estatus de obra maestra. Gracias a Palomino sabemos que se pintó en 1656 en el Cuarto del Príncipe del Alcázar de Madrid, que es el escenario de la acción. El tratadista cordobés también identificó a la mayor parte de los personajes: son servidores palaciegos, que se disponen alrededor de la infanta Margarita, a la que atienden doña María Agustina Sarmiento y doña Isabel de Velasco, meninas de la reina. Además de ese grupo, vemos a Velázquez trabajar ante un gran lienzo, a Mari Bárbola y Nicolasito Pertusato, que azuza a un mastín, a la dama de honor doña Marcela de Ulloa, junto a un guardadamas, y, al fondo, tras la puerta, asoma José Nieto, aposentador. En el espejo se ven reflejados los rostros de Felipe IV y Mariana de Austria, padres de la infanta y testigos de la escena. Los personajes habitan un espacio modelado no sólo mediante las leyes de la perspectiva científica sino también de la perspectiva aérea, en cuya definición representa un papel importante la multiplicación de las fuentes de luz.

Marte.

El Marte de Velázquez está documentado por primera vez en la Torre de la Parada, una residencia real de caza donde Felipe IV podía practicar su entretenimiento favorito. Además estaba dedicada a las aficiones artísticas del rey, ya que se decoró principalmente con temas mitológicos ovidianos encargados en 1636 a Rubens y a su taller. Era justo que el pintor real, Velázquez, estuviera representado en una colección tan importante, donde también se instalaron sus imágenes de Esopo, Menipo y varios retratos de bufones. El contraste estilístico entre sus obras y las de los artistas flamencos sería motivo de deleite para un entendido en pintura como era el rey. Velázquez retrató a Marte en tamaño natural, a partir de un modelo vivo, quizá un soldado veterano, en una postura que recuerda al famoso Ares Ludovisi.